La urgencia de la España vaciada

Si en poco más de 40 años hemos aumentado la población española en un 36% ¿Cómo es posible que hablemos de la España vaciada? 

Porque España no está vaciada, sus pueblos son los que se están quedando vacíos. El declive de la población rural se inició con la revolución industrial, cuando los habitantes de los pueblos empezaron a abandonar sus hogares para trasladarse a las ciudades industriales y comerciales. Sin embargo, cuando se dio con mayor fuerza fue en la segunda mitad del siglo XX.  Este cambio vino motivado por la falta de trabajo en los pueblos y la creciente demanda de trabajadores por parte de las nuevas zonas industriales.

Eso fue hace mucho tiempo, aunque a día de hoy la situación no ha cambiado. Tanto es así que España es el cuarto país con más municipios en riesgo de despoblación de toda la Unión Europea. Según el Instituto Nacional de Estadística, las zonas rurales pierden de media cinco habitantes cada hora. Un dato que se traduce en cinco personas que, en la mayoría de los casos, se ven forzadas a decir adiós a sus hermanos, hijos o nietos en favor de una oportunidad laboral.

Estadística INE España vacíada
Fuente: Instituto Nacional de Estadística

De este modo, ya se acumula más del 85% de la población en menos del 20% del territorio español. 47 millones de personas, la mayoría hacinadas en territorios superpoblados mientras que las zonas rurales las reclaman para no desaparecer…¿Y la solución?

Nuestro país tiene un grave problema. Los pueblos se abandonan por la falta de servicios públicos de calidad y de trabajo.

Con el empleo todo viene dado: se fomenta que la población se quede, se les ofrece la posibilidad de crecer y, con ello, surge todo lo demás. El problema lo encontramos en que algunas industrias típicas de las zonas rurales como la minería están desapareciendo, otras como la ganadería necesitan amoldarse a las nuevas exigencias de los tiempos que corren y otras nuevas necesitan apoyo para desarrollar todo su potencial. El medio rural ofrece muchas posibilidades:

Montón de pellet

Actividades económicas renovables

Muchos expertos señalan que la solución de la despoblación pasa por las renovables, ya que aprovechan los recursos naturales que rodean a los pueblos y requieren de bastante personal para su funcionamiento. Este es el caso de la industria de la madera. Son muchas las empresas que están apostando por las industrias renovables. Desde grandes corporaciones como Acciona, líder mundial en energías renovables, que en 2010 construyó la primera planta de biomasa europea en Miajadas (Cáceres), hasta empresas más humildes que también hacen grandes inversiones para crear una nueva actividad. Este es el caso de Aserraderos de Fiñana S.L. que tiene una repercusión en el mercado laboral del mundo rural de más de un centenar de puestos de trabajo.

Industria tecnológica

Tecnología

Puede parecer que los pueblos y la tecnología son los dos extremos de una línea, pero en realidad eso es lo que años de abandono y dejadez nos han hecho creer. Así, en el ámbito rural español hay más de 5 millones de personas sin conexión a Internet. Sin embargo, en la otra cara de la moneda, encontramos países como Finlandia donde los propios pueblos son la sede de las compañías tecnológicas.

Desde la sociedad civil también se han lanzado muchas propuestas. La Confederación De Centros De Desarrollo Rural (COCEDER) ha creado la plataforma volveralpueblo.org, una iniciativa que, a través de un banco de casas, un banco de negocios y un banco de tierras, pretende recuperar el patrimonio de las zonas rurales, evitar su abandono, fomentar el emprendimiento y gestionar el uso de los terrenos de estas zonas.

La fórmula para repoblar la España vacía para por el empleo de calidad y el propósito por crearlo. 

Son muchos los expertos que ponen en valor la importancia de estas regiones para el tejido industrial del país, son muchas las empresas que están dispuestas y están trabajando por acabar con el problema y son muchas las personas que no quieren abandonar los pueblos. La administración pública tiene que promover que las industrias echen raíces, que se mantengan y que, por ende, faciliten vivir en los pueblos. La España “vaciada” no está vacía, está llena de oportunidades.