¿Pallet, palet o palé de madera?

¿Cómo se escribe pallet, palet o palé de madera? Según la Real Academia Española, desde su edición de 2001, la última variante “palé” y su plural “palés” son las formas correctas. Tampoco vale paleta. Sin embargo, en las conversaciones de la industria se pueden escuchar todas por igual. En realidad la palabra palé es lo que se denomina un anglicismo: la inclusión al castellano de un vocablo inglés (de pallet, palé). Como la mayoría de anglicismos, son palabras que surgen de la necesidad de poner nombre a las novedades que han traído consigo las nuevas tecnologías y la globalización.

El uso del palé está tan extendido que sorprende saber que a penas alcanza el siglo de edad y es que el primero se hizo en las fabricas americanas de la década de 1920. Desde entonces, los palés dominan el mercado del embalaje con una cuota que en los últimos años ha superado el 80%.

Historia del palé de madera

Aunque el primer palé se fabrico en 1924, su uso no comenzó a extenderse hasta la década de 1930. Así, fue con el inicio de la Segunda Guerra Mundial (1939) cuando se generalizó internacionalmente. El palé era la respuesta a un gran problema: había que distribuir grandes cantidades de armamento, medicamentos y demás suministros urgentemente en muchas ubicaciones. Gracias a las facilidades que ofrecía, los suministros no solo llegaban más rápido sino que lo hacían de manera compacta, ordenada, segura y eficiente. Antiguamente las mercancías se cargaban y descargan a mano o mediante red y grúa. Los palés posibilitaron descargar en horas lo que antes se descargaba en días y desempeñaron un papel muy importante en el transcurso de la guerra: la llegada de recursos podía decidir quién ganaba y quién perdía.

Como ya sabemos, los palés son plataformas horizontales de carga, generalmente hechos de madera, que agrupan grandes volúmenes de mercancías. Por consiguiente, necesitan de una maquinaria que pueda sostenerlos y manejarlos. Unos 40 años antes de la aparición del palé ya se habían empezado a ver camiones de baja elevación en fábricas y almacenes. Sin embargo, fue en 1915 cuando aparecieron las primeras carretillas elevadoras de gran altura semejantes a las que usamos hoy en día.

Fueron muchas las mejoras que trajeron consigo los palés y sus nuevas dinámicas, algunas de ellas:

  • Apilar las mercancías a mayores alturas.
  • Reducir los tiempos y esfuerzos y con ello el coste del proceso.
  • Mejorar la estabilidad de la carga, reduciendo los accidentes, las pérdidas y las roturas.
  • Posibilitar una dinámica de almacenamiento y gestión más eficiente tanto en el transporte como en los almacenes y fábricas.

Europalets: los palés más usados en la actualidad

Con el paso de los años, el crecimiento económico y la expansión del comercio internacional, surgió la necesidad de armonizar las medidas de los palés a nivel global. El objetivo era que al comerciar con mercancías entre distintos países las condiciones de almacenamiento y transporte de los palés se pudieran aprovechar por igual. Así, se han creado varios estándares internacionales que permiten su optimización de manera global. El más extendido es el «Europalet» con unas medidas de 1200 milímetros de largo por 800 milímetros de ancho. Este tamaño se estableció para poder acomodarlos a las medidas del ferrocarril europeo que es de 2400 milímetros. Otro de los más comunes, aunque en menor medida, es el «palé americano» con unas medidas de 1200×1000 milímetros.

El material más usado en la fabricación de palés es la madera. La razón es su ligereza y resistencia, así como la posibilidad de su reutilización y reciclado.

El palé de madera es un gran aliado de la economía verde y circular

Economía circular

A modo de resumen, la economía circular es un modelo de producción y consumo que se basa en alquilar, reutilizar, reparar, renovar y reciclar materiales y productos todas las veces que sea posible. En este sentido, los palés de madera reúnen todas las condiciones para avanzar al ritmo que lo está haciendo la sociedad. Según un estudio de la Federación Europea de Fabricantes de Palés y Embalajes de Madera (Fefpeb), en los últimos años ha habido un aumento del 25% en la reparación de palés. Teniendo en cuenta que estiman que en Europa se mueven unos 500 millones de palés, son cifras considerables a tener en cuenta.

Los palés de madera de por sí ya son un gran aliado de la economía circular, puesto que tienen una vida útil muy larga. Se utilizan y reutilizan tantas veces como sean posibles. Cuando se estropean, se reparan. Cuando no se pueden reparar, se reciclan. E Incluso cuando terminan su vida útil, se les buscan usos alternativos como la decoración.

Una mano pintando un palé